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1 junio, 2020

El Blanco Cerrillo y su historia

Uno de los bares más respetados por los sevillanos se encuentra en una calle perpendicular a la famosa calle Tetuán, y se trata de un pequeño bar, muy muy pequeño a decir verdad, que se especializa en pescado frito, aunque su plato estrella, los boquerones en adobo  podría decirse que son los mejores de Sevilla. Este es el Blanco Cerrillo, que con casi 100 años de historia, se convierte en uno de los bares a los que acudir sin ninguna duda cuando vengas a Sevilla.

La historia de Blanco Cerrillo comienza en el año 1926 cuando José Blanco Cerrillo, que da nombre a los establecimientos, llega desde Manzanilla, un pueblo de Huelva y funda un bar en la localidad sevillana de Marchena. Aunque este no durase mucho tiempo, fue el germen de los diferentes bares que agradecemos tener hoy en día. Sin embargo, su producto estrella, los boquerones en adobo, no se incorporan a la carta hasta principios de la década de  los 60, cuando los hace por primera vez Ascensión Trujillo, la madre del actual gerente, José Blanco Trujillo. Ahora también se ha unido al negocio su hijo Daniel Blanco Bermejo. En los últimos años el establecimiento se ha expandido con dos nuevas aperturas. En el año 2015 abren en Ginés, en la calle Manuel Canela número 31 y en julio de 2016 han inaugurado un nuevo establecimiento en el barrio de Triana de Sevilla, en la calle de Peñaflor.El local más antiguo es pequeño, con estética de taberna y con menos de 40 metros cuadrados. Apenas cabe una barra donde se arremolinan los clientes. También hay una pequeña terraza, donde es prácticamente imposible coger sitio, pero merece la pena la espera sin dudarlo. Se come a base de tapas. La más famosa, los boquerones en adobo, aunque también gustan las pavías de pescado (pescado rebozado), la tortilla o la ensaladilla.

A pesar de su juventud, Daniel sabe que este negocio no tiene reloj y supone un gran sacrificio. Sobre lo de trabajar ahora codo con codo con su padre, reconoce que en los momentos de máximo ajetreo los dos chocan a veces porque quieren correr demasiado. Sabe que mejor que su padre nadie le va a enseñar y se aprovecha de tenerle a su lado.

Me apuesto lo que sea a que ya estás deseando venir a probar esos famosos boquerones que te harán la boca agua. Cuéntanos en nuestras redes sociales que te ha parecido.

Category: blog, Gastronomía
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